sábado, 20 de noviembre de 2010

El arma preferida de las Adelitas: EL REBOZO

No hay revolución sin Adelitas, ni Adelita sin rebozo ...


En 1572, en su obra Historia de las Indias, el fraile dominico Diego Durán ya hace mención del rebozo, prenda mestiza nació de la necesidad que tenían las mujeres mestizas de cubrirse para entrar a los templos. Inspirándose en las tocas que los frailes impusieron a las mujeres indígenas con tal motivo, así como en los mantos que las españolas, los tejedores aprovecharon el telar prehispánico para tejer rebozos de algodón y más tarde de seda y de lana.

La prenda se ha asociado a aquellas soldaderas que la usaban para resguardarse de la lluvia y del frío, cargar a sus niños, bultos o esconder el rifle.  Junto con la revolución llegó a México el cine y poco después su Época de Oro y uno de los principales protagonístas fue justamente el rebozo. Gracias a películas como María Candelaria (1944), Río escondido (1948) o El rebozo de Soledad (1952).

Aunque el rebozo sea una prenda tradicionalmente femenina, su uso para cargar a los bebés no está limitado a ellas, sino que el padre de los niños puede beneficiarse usándolo del mismo modo (si su sentido machísta se lo permite). Ya que permite tener libertad de los brazos y  poder realizar otras tareas cotidianas mientras el  niño duerme; estar pendiente de los hijos mayores, comprar, caminar, las posibilidades son infinitas.

Además como el peso se distribuye por toda la espalda de la persona que carga al niño, se evitan molestias musculares, permite un acercamiento filial entre los padres con el bebé ya que éste último siente el calor y protección al estar físicamente unido a quien lo carga.


Práctico, barato. también se ha explotado en la moda, lo mismo de seda que de hilos de menos calidad, el rebozo es en suma un emblema nacional.

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